En psicología la autoestima es la percepción emocional profunda que las personas tienen de sí mismas sobre la base de las sensaciones y experiencias que han ido incorporando a lo largo de la vida.

Tener una buena autoestima implica se conscientes de las virtudes y defectos propios reconociéndolos en su justa medida, sin amplificarlos ni reducirlos, afirmando que en cualquier caso cada persona es valiosa y única; implica por tanto tener dignidad, respeto hacia uno mismo y consecuentemente hacia los demás. La autoestima es un requisito indispensable para las relaciones interpersonales sanas.

Cuando una persona tiene su autoestima baja:

  • No reconoce sus dones naturales.
  • Se le dificulta tomar decisiones.
  • Actúa a la defensiva.
  • Culpa a los demás por sus debilidades.
  • Muestra confusión, impotencia, entre otros.

Terapia y aumento de la autoestima

Con la terapia se aprenderán nuevas formas de pensar y afrontar situaciones cotidianas, los problemas, y sobre todo aquello que causa malestar. Se aprenderá a afrontar sentimientos y sensaciones, como el estrés, la timidez, el miedo.

Al mejorar la autoestima, y por lo mismo la imagen que tiene de uno mismo, muchos aspectos de la vida cotidiana que antes parecían dramáticos, confusos e imposibles de superar es posible abordarlos de una mejor manera.

Se aprende a ser dueños de nuestros pensamientos y nuestras sensaciones, cambiando pensamientos distorsionados o irracionales por otros realistas y racionales lo cual genera beneficios en todos los aspectos de la vida, incluso en la salud del cuerpo.

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