La obesidad es la enfermedad en la cual las reservas naturales de energía, almacenadas en el tejido adiposo, se incrementa de manera excesiva hasta un punto donde está asociado con ciertas condiciones de salud o un incremento de la mortalidad.

La obesidad es uno de los principales factores de riesgo conocidos para enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión arterial, y algunas formas de cáncer. La evidencia sugiere que se trata de una enfermedad con origen multifactorial: genético, ambiental, y psicológico entre otros.

Es muy importante la repercusión que la obesidad tiene sobre el desarrollo psicológico y la adaptación social de la persona. Por eso es importante la terapia en el manejo de obesidad.

Se ha comprobado que las personas obesas tienen una pobre imagen de sí mismas y expresan sensaciones de inferioridad y rechazo. Por lo tanto, suelen presentar dificultades para mantener relaciones interpersonales.

La discriminación desencadena actitudes antisociales que conducen al aislamiento, depresión e inactividad, y frecuentemente producen aumento en la ingestión de alimentos, lo que a su vez agrava o al menos perpetúa la obesidad. Para los adolescentes el concepto de sí mismo es de tal importancia que cualquier característica física que les diferencie del resto de sus compañeros tiene el potencial de convertirse en un problema más grave, en concreto disminuyendo su autoestima.

Muchas veces, cuando se han hecho intentos por corregir este padecimiento sin lograr resultados, puede deberse a que primero y antes es necesario atender la salud mental y emocional, donde puede encontrarse el origen de este mal.

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