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Terapia Infantil. Descubre cómo la terapia psicológica puede ayudar a tu hijo.
La importancia de la terapia para los niños.
Los niños también pueden padecer estrés, depresión, tristeza, ira, miedo, celos.
Esto a su vez se refleja en problemas de conducta como son agresividad, conducta reservada, problemas de lenguaje y del habla, bajo rendimiento escolar, y en los casos mas tristes y drásticos incluso se puede llegar al suicidio.
La infancia es la etapa en la que se ponen las bases para el resto de la vida, es por ello que los problemas que se presenten en esta etapa y no se resuelvan tendrán consecuencias en el resto de la existencia del niño.
Al niño lo pueden afectar factores como el estrés causado por acoso escolar (bullying), situaciones como el divorcio o los problemas de pareja de los padres, la perdida de una mascota, una mudanza, etc.
A veces este tipo de problemas pueden ser pasajeros e incluso son parte de la formación de la personalidad y el carácter. Pero en otras, si no es posible para él superarlos, aun con la ayuda de los padres, es recomendable recurrir a un experto.
La terapia psicológica infantil es un proceso de acompañamiento profesional dirigido a niños que enfrentan dificultades emocionales, conductuales o de desarrollo. A diferencia del trabajo terapéutico con adultos, esta forma de intervención toma en cuenta las particularidades de la infancia, como la forma en que los niños expresan sus emociones, procesan la realidad o construyen su identidad.
La terapia infantil busca ayudar al niño a comprender y manejar sus emociones, mejorar su conducta, fortalecer sus habilidades sociales y adaptarse mejor a su entorno familiar y escolar.
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¿Cómo es la terapia infantil?
Los niños suelen ser más simbólicos que verbales, muchas veces no pueden verbalizar lo que sienten de la misma manera que los adultos, por lo que el juego, el dibujo o las actividades simbólicas se utilizan como herramientas fundamentales para explorar su mundo interno. Además, la terapia infantil suele involucrar la participación de los padres o cuidadores, ya que el entorno familiar cumple un papel clave en el desarrollo emocional del niño.
El objetivo no es solo tratar síntomas visibles, como el enojo, el miedo o la tristeza, sino también comprender las causas que los originan y acompañar al niño en la construcción de recursos emocionales que le permitan crecer con mayor bienestar y seguridad.
La intensión es que los niños puedan expresarse como mejor se sientan y puedan resolver sus conflictos.
El niño es en esencia curioso, divertido y creativo. La terapia deberá ayudar a regresar a su esencia y ser feliz.
¿Cómo sé si es recomendable llevar a terapia a un niño?
Si el niño presenta:
- Problemas de lenguaje o el habla.
- Problemas de aprendizaje.
- Conductas anormales, en especial ira excesiva, tristeza excesiva, falta de apetito.
- Aislamiento.
- Insomnio o exceso de sueño.
- Cambios de humor repentinos y/o constantes.
- Dolencias físicas inusuales o en aumento.
- Además, si se ha pasado recientemente por alguna perdida como una muerte, una mudanza, o divorcio.